En 1933 se fundó en Sabadell una pequeña
empresa de pinceles para decoración y bellas artes. Se convierte en aquel entonces en la primera fábrica española del sector, ya que hasta entonces los artistas siempre habían utilizado pinceles fabricados en Francia y Alemania.
La fábrica de pinceles Escoda se desarrolló y creció en la búsqueda de la fabricación del mejor pincel. Tras tres generaciones de conocimientos, desde Escoda saben lo que el artista necesita y son conscientes de que su aporte industrail es un pequeño apoyo al mundo del arte.